La Última Canción...

A lo largo de mi vida me he dado cuenta que ésta está plagada de decisiones en el presente y para el futuro (parecería lógico esta reacción temporal ya que tomar decisiones para el pasado sería, más que imposible, un tanto inútil).

Piensen en esto: en el presente decidimos si nos levantamos cuando suena el despertador o nos quedamos 5 minutos más (cosa que, al fin y al cabo, repercutirá en el futuro pues llegaremos tarde a clases), también decidimos si tomamos cierto transporte o esperamos ‘al que sigue’, etc.

Para el futuro planeamos cosas que vamos a realizar durante un cierto tiempo que está próximo: quiero estudiar esta carrera, voy a trabajar en esto o aquello para tener mi casa, me voy a casar y a tener X número de hijos, voy a hacer una maestría en el extranjero, etc.

Ante esto, un día me puse a pensar ¿alguna vez decidimos cuál es la última cosa que queremos hacer? Al menos yo no lo había pensado hasta este momento y confieso que todavía no lo sé.

Sin embargo, de esta reflexión casi filosófica (o casi estúpida según la perspectiva) se desprende una pregunta que les planteé en clase: ¿Cuál sería la última canción que escucharían en su vida? Pónganse a pensar en que tal vez sólo tendrían una oportunidad para elegir una sola canción y estoy segura de que tendrán muchas canciones en la lista (yo misma me estoy volviendo loca al tratar de elegir una).

A pesar de eso, creo que la última canción que elegiría escuchar es “Dios Nunca Muere” del oaxaqueño Macedonio Alcalá pues es una melodía que para mí significa muchas cosas (¿recuerdan que comentábamos que la música que nos gusta muchas veces es porque nos significa algo en nuestras vidas?).

¿Por qué? Hay muchos porqués, y pareciera que la elección de esa canción contrasta con mi posición agnóstica. No obstante, la cosmogonía de la canción no es dogmática en cuanto a la existencia de ese ‘ser supremo’ sino con el retorno a la madre tierra, la que nos envuelve y nos recuerda que venimos de ella.

Oaxaca para mí es muy importante porque ahí he vivido momentos muy bellos, viven amigos que se han convertido en mi familia y los oaxaqueños (no todos, claro, sólo los que conozco) me han adoptado como una más haciéndome sentir oaxaqueña también.

Faltan muchas cosas que me significan en esta canción, pero por el momento los dejo con la interpretación de la misma. En este video, una banda de viento de la misma comunidad interpreta la canción durante los festejos de Santo Domingo, Oaxaca. Noten la cantidad de instrumentos que intervienen y que quienes los ejecutan son desde niños hasta personas ancianas.

Espero sus canciones, y si encuentran la misma en youtube pónganos el link por si no la conocemos y queremos escucharla.



Buena Vibra